POPULISMOS DEL SIGLO XXI: ARGENTINA

MERCEDES AGUSTÍN

Desde hace doce años, Argentina se ve envuelta en un fenómeno que creíamos haber dejado atrás: el Populismo. Pero acaso, ¿Es posible superarlo?

Con la llegada al poder de Néstor Kirchner por el año 2003, luego de la renuncia a la segunda vuelta electoral de Carlos Menem, apartándonos de presidencias transitorias, se abre la puerta a un partido político llamado “Frente para la Victoria”, que como su nombre lo indica, su único objetivo ha sido ganar, ¿A costa de qué? De lo que sea.

Y no pasaría mucho tiempo más, para que salga a luz la nueva candidata a ocupar el cargo presidencial, procediendo a su marido: Cristina Fernández, también formando parte del mismo partido político, quien desde el 2007 hasta este año lleva dos mandatos ininterrumpidos.

Ahora bien, a simple vista y sin entrar en detalles, podríamos decir que no es “sano” para un país, que durante tanto tiempo gobierne un mismo tinte político, y más, si nos hacemos llamar República. Pero no es sólo eso.

¿Por qué razón estamos ante un gobierno populista?

Durante estos años el matrimonio Kirchner se encargó de destruir lo que a duras penas se había construido. Son artífices de un discurso que lleva a la sociedad a dividirse en: PUEBLO y ANTIPUEBLO. Siendo así el antipueblo un enemigo, y entiéndase por antipueblo personas que no comparten, o no “celebran” sus medidas políticas.

El primer artículo de la Constitución Nacional dice que “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal…” siendo vulnerado actualmente este artículo de una manera muy evidente: se ha querido reformar la constitución para extender el mandato presidencial, hubo intentos de crear organismos que controlen a la justicia desde el poder ejecutivo – la llamada “democratización de la justicia”-  y como si fuera poco un Congreso que con la mayoría a su favor, aprueban o rechazan proyectos, sin saber de qué se tratan o cómo van a repercutir en la sociedad, porque actúan en bloque, receptando órdenes “de arriba”.

Así vemos como nuestro mayor símbolo de democracia y de estado de derecho está siendo atacado, y no por militares, sino por el populismo. Tanto un golpe militar como un gobierno populista quieren destruir la democracia. Pero el gobierno populista es siniestro, esconde la degradación del estado de derecho, porque llega a gobernar por el voto popular mostrando su mejor cara, y una vez instalado no hace más que violar todas las reglas de juego de un estado de derecho, y así, imponer sus propias reglas.

Y como dijo Mario Vargas Llosa hablando sobre las dictaduras y los gobiernos populistas: “Creo que hoy hay más libertad de prensa con estos gobiernos democráticos, ineficientes y corruptos… Pero una democracia puede perfectamente limitar la libertad de prensa.” La actual presidente de la República Argentina lleva el récord en cadenas nacionales, pero no es capaz de dar conferencias de prensa, hace de su difunto marido y ex presidente un dios, e impregna de peronismo y kirchnerismo lo que se le cruce por sus ojos.

No se hizo más que buscar transformar ciudadanos en clientes, suprimiendo su libertad y dándoles a cambio necesidad, para así crear personas dependientes de ese gobierno, es decir: clientes, aquellos que para obtener algún beneficio (necesidades básicas) tendrán que vender su voto.

Hay una gran diferencia entre lo que se dice y lo que se hace, hay un discurso que no coincide con la realidad. Dicen luchar en contra de la pobreza, pero ¿No resulta raro que durante doce años tengamos las mismas degradantes condiciones de vida o aún peores? Y esto nos lleva a pensar que este gobierno populista, necesita de pobres. Tal como dice Gloria Álvarez: “El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica”. Entonces será una lucha de nunca acabar. Este gobierno necesita de individuos en condición de pobreza, necesita anularles sus propios impulsos personales de valerse por sus propios medios, para así crear la dependencia del gobierno con el ciudadano-cliente.

A diferencia de lo que nos quieren hacer creer, el gobierno kirchnerista se vale de fondos públicos que crecen en gran medida anualmente y refuerza la emisión monetaria para mantener los niveles de consumo, como contracara de una terrible situación económica que estamos atravesando. Y esto es muy simple, se busca generar una sensación de bienestar, pero es sólo eso, una sensación, puro engaño.

Como todo gobierno populista, se atribuye a su gestión la posibilidad de que todos tengamos acceso a adquirir en “cómodas cuotas” ciertos productos, siendo que el mismo gobierno fue el que nos llevó a tener que depender de subsidios, cuotas y demás planes para poder adquirir lo que antes, sin inflación, no era inalcanzable y ahora lo es en muchos casos. Y ni hablar que cada vez que se otorga esta suerte de “beneficio” queda supeditado a la continuidad del modelo. Así vemos un gran fracaso desde el punto de vista económico.

Las estatizaciones y el aumento del empleo público son también parte de esta gestión. Al aumentar la cantidad de empleados públicos sin medida y sin necesidad, se concluye en un aumento de impuestos, porque lo público de ningún modo es gratuito, es financiado por todos, sí, por todos, incluso por aquellos que no tienen amplios recursos para salir adelante y, sin embargo, deben mantener estas medidas. Estamos ante un alto grado de presión impositiva que lo único que hace es imposibilitar nuestra posibilidad de inversión, ahorro, o cualquier destino que se quiera dar al fruto del trabajo.

Con el gobierno populista de Perón se sustituían las importaciones, una medida de proteccionismo para fomentar la producción local, así estaba planteada, sin importar que el consumidor tenga una limitada oferta y al mismo tiempo altos precios. Con el gobierno populista kirchnerista no sólo nos encontramos ante la sustitución de importaciones, sino también de exportaciones, es decir, que los productos se consuman dentro del mercado argentino sin que se puedan comercializar en el mercado externo. Es el caso de los lácteos, que durante estos años  cerraron cantidades de tambos, lo que llevó a la pérdida de trabajo de muchas personas y familias. Sumado a eso, el gobierno fija el precio del producto (“precios cuidados” un precio menor al que determina el mercado), que hace que la pérdida recaiga directamente sobre el productor, y así al cerrar los tambos, hay carencia de lácteos, por lo que sube el precio del producto a mayor demanda y menor oferta. Está de más aclarar que la participación de nuestro país en las exportaciones del mundo hoy sólo representa una pequeña parte, olvidándonos ya de aquella Argentina exportadora ubicada entre los mejores puestos a nivel mundial que generó un gran crecimiento.

Y los costos de una economía cerrada los estamos padeciendo, porque al disminuir la competitividad teniendo sólo la posibilidad de ofrecer los productos al mercado interno, disminuye la cantidad de demandantes (no es lo mismo vender mi producto sólo en Argentina que hacerlo en Argentina y el mundo). Por lo que baja la producción, y al bajar la producción bajan los puestos de trabajo y así lo salarios también disminuyen. Con el potencial de nuestras tierras es inadmisible que estemos pasando por esta situación.

Otro punto importante que hace determinar a este gobierno populista es la reconstrucción de los hechos históricos amoldados a sus intereses. Son los que levantan la bandera de “Memoria, Verdad y Justicia” ¿La bandera de la historia la olvidaron? La memoria es subjetiva, no se puede imponer una memoria colectiva. Lo que sí se necesita es conocer la historia, que es la única forma de llegar a la verdad y a la justicia. El populismo impone una memoria hegemónica, que atiende a sus propios intereses, y lo peor, que deja atrás hechos que son parte de nuestra historia. “El relato” no es la realidad, no refleja los documentos, no resiste el archivo. Ni Artigas, ni San Martin tenían tintes peronistas, kirchneristas o populistas, fueron hombres que nos llevaron a la liberación. Ni hablar de que se olvidan de contar como llegó al gobierno el Gral. Juan Domingo Perón, y lo más triste, se olvidan de todas esas personas muertas y desaparecidas a causa de ataques Montoneros, tan inolvidables como las muertes y desapariciones por el terrorismo de estado.

Se mantiene la similitud con el gobierno populista de Perón en el sentido de la familiaridad en el poder (matrimonio líder,  familiares y amigos rodeando su círculo político, que viven del gobierno valiéndose de esos beneficios). Pero a mi entender, este es un gobierno populista peor al del siglo pasado.

Estamos ante el gobierno populista con más impunidad, porque no sólo hay corruptos, sino corruptos impunes, y son gobernantes, y lo peor, son reelegidos. Han degradado las instituciones, han destruido la iniciativa propia de cada individuo que lleva a que sientan que con su trabajo pueden salir adelante, porque se les dio el derecho a muchos de vivir a costa del trabajo de unos pocos. Nuestra Argentina no creció con subsidios del Estado, creció con el trabajo de inmigrantes  y demás personas que habitaban esta tierra, que querían trabajar, que vinieron a trabajar, que vivían para trabajar, que simplemente trabajaron y con esfuerzo lograron salir adelante. Cada uno contribuyó desde su lugar, sin esperar nada de un gobierno, más que el respeto a sus derechos.

¿Por qué se le hace creer a la gente que alguien es pobre porque otro es rico, y por eso hay que quitarle lo que obtuvo? No es más que una forma de generar controversias y odios, porque en lugar de fomentar la riqueza, se fomenta la pobreza, se “redondea para abajo”. No hay motivo para evitar que un individuo se desarrolle en una sociedad por sus propios medios y pueda alcanzar un nivel de vida digno. Estamos ante un gobierno que se vale del Estado para sacarle desmedidamente a uno y darle un poco al otro, ¿Y qué pasa con esa diferencia? La respuesta es obvia.

Y ahora nos preguntamos: ¿Por qué a pesar de esto, que no hay que ser ningún erudito para darse cuenta de lo que pasa, se sigue votando lo mismo? El populismo se encarga de esto, mediante la carencia de información adecuada. Esos votantes conocen la inflación, la pobreza, la inseguridad, pero esa información es desdibujada, es cambiada en discursos, y hasta muchas veces es aceptada cuando sea hace “por el pueblo”, a pesar de ir en contra de la sociedad. El populismo necesita la ausencia de instituciones para facilitar la impunidad de estos políticos corruptos y oportunistas que hacen de la política un negocio para su propio beneficio.

Para acabar con el populismo se necesita justicia independiente, libertad de prensa, federalismo, elecciones transparentes y un pueblo atento, despierto, y es por eso que los gobiernos populistas se encargan de atacar todas estas instituciones y al mismo pueblo, para afianzarse en el poder y continuar beneficiándose.

Como dijo Gloria Álvarez: “Cuanto más tiempo gobierne el populismo, más alto será el costo […] Al momento de reimplementar la República, los primeros que se verán afectados son los que lucraron con ese sistema, empezando por los funcionarios públicos. Los segundos serán los que forman parte de esa nueva generación que se acostumbró a no trabajar. Para evitar costos mayores, al salir de un gobierno así lo primero que debería hacerse es liberar los mercados para que ingresen al país más empresas, inversiones y con ello más empleo. Es una forma de morigerar un impacto que de todos modos existirá.»

Hoy, estamos ante un nuevo debate, ya no puede ser “izquierda o derecha” debe ser: POPULISMO o REPÚBLICA.

Mercedes Agustín, estudiante de abogacía en la UNR, y miembro del Grupo Joven de la Fundación Libertad.

8 comentarios en “POPULISMOS DEL SIGLO XXI: ARGENTINA

  1. Más allá de coincidir o no el las críticas al gobierno actual en particular o los gobiernos populistas en general, hay puntos expuestos que no considero correctos. Citando como ejemplo en el cuarto párrafo se asegura que: «…no es «sano» para un país que durante que durante tanto tiempo gobierne un mismo tinte político, y más, si nos hacemos llamar República…». En este caso se está anteponiendo la República a la Democracia, es más importante («sano») que no gobierne el mismo partido a que gobierne el partido elegido por la mayoría.
    Sin embargo, considero que el mayor error está en la conclusión final. Usted afirma que: «…Para evitar costos mayores, al salir de un gobierno así lo primero que debería hacerse es liberar los mercados para que ingresen al país más empresas, inversiones y con ello más empleo…» y concluye finalmente que: «…Hoy, estamos ante un nuevo debate, ya no puede ser “izquierda o derecha” debe ser: POPULISMO o REPÚBLICA.»
    En este caso se está cometiendo un error terrible. Liberar los mercados es una política claramente NEOLIBERAL. Achicar el Estado reduciendo las empresas estatales y la cantidad de empleados públicos, también forman parte de estas políticas. La aplicación de las mismas en nuestro país fueron observadas por todos durante el gobierno de Menem.
    No hay una alternativa al gobierno actual, hay muchas. Aplicar políticas neo-liberales no es la úníca forma de ser Republicano. Más importante que la República es la Democracia, pues al fin la historia se trata de que todos podamos hablar y ser escuchados.

    1. Hola Mauro. Con respecto a lo que mencionó primero considero que quien ocupa un cargo político debe hacerlo con responsabilidad y parte de esa responsabilidad es no perpetuarse en el poder, es darle la posibilidad a otros de poder ejercer ese rol. Cuando se permanece mucho tiempo en un mismo cargo no hay otra perspectiva y no se tiene la misma fuerza, incentivo o dedicación que en un principio. Por supuesto que si la mayoría lo elige, así será (y así lo fue durante estos doce años). Pero creo necesario cargos políticos que sean renovados para un mayor crecimiento.
      Si usted no está de acuerdo con el liberalismo, respeto su opinión pero no creo que sea “un error terrible” porque es mi manera de pensar. Creo en el liberalismo, en la apertura de los mercados, en la mínima intervención estatal para garantizar las libertades individuales y en la posibilidad de cada persona de crecer y poder desarrollarse como lo desee. Y por sobre todo creo en el liberalismo porque beneficia a todos y cada uno de los individuos. No es excluyente ni estático.
      Democracia y República van de la mano, no hay República que no sea Democrática (pues si no hay Democracia entonces no habrá República). Es muy valorable lo que escribiste sobre que todos podamos hablar y ser escuchados, y eso incumbe a la Democracia, pero es parte también de la República, para que se puedan garantizar esas libertades es necesario gobiernos que se ajusten a la ley, que sean temporarios y que exista la división de poderes, y eso no es más que una República. Mencioné esa palabra en el artículo por el nombre que lleva nuestro país: República Argentina, pero por supuesto que considero de vital importancia la Democracia como lo desarrollo en el texto. Saludos, Mercedes.

  2. Más allá de que no estoy de acuerdo con muchos conceptos vertidos en el texto, esto parece una copia de los videos de Gloria Álvarez (pueden buscarlo en YouTube)

    1. Hola Delfor Hernán Castro. Sería un desperdicio redactar un artículo copiando los videos, siendo ellos tan buenos donde Gloria Álvarez expone claramente sus ideas. Por supuesto que las comparto y las que consideré más importantes fueron citadas. Lo invito a leer detenidamente el artículo para que vea que podrá encontrar más cosas que en el video, que para aquellos que les interese aquí dejo el link, es imperdible: https://www.youtube.com/watch?v=MZYEFNMdxG4
      Saludos, Mercedes.

  3. Bien. No esperaba nada raro de la Fundación Libertad. Tan de derecha como siempre. Los términos para denostar a los actuales procesos políticos, la cita a personajes como Vargas Llosa es parte de su esencia. Recomiendo que amplies el panorama y te salgas al menos un poquito del clásico discurso que impone el mercado con todas sus diversas variantes. http://www.revistaanfibia.com/ensayo/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-populismo-2/

    1. Hola Maxi Gonzalez. Lo invito a conocer que es realmente la Fundación Libertad y el Liberalismo. https://www.facebook.com/jovenesfundacionlibertad?fref=ts En esta página podrá encontrar las actividades que realizamos, entre ellas interiorizarnos sobre el populismo leyendo autores como Laclau, entre otros. Saludos, Mercedes.

  4. Por qué la censura? Acaso no quieren terminar con el «populismo» que limita la libertad de expresión? Los leo y los siento tan o más «populistas» que los propios «populistas» que quieren erradicar : «Para acabar con el populismo se necesita justicia independiente, libertad de prensa, federalismo, elecciones transparentes y un pueblo atento, despierto, y es por eso que los gobiernos populistas se encargan de atacar todas estas instituciones y al mismo pueblo, para afianzarse en el poder y continuar beneficiándose.»

    1. No sé a que censura se refiere, reitero la invitación que le hice en el comentario anterior. Saludos, Mercedes.

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